SENTIDO DE LA PRÁCTICA
- Trinidad Fariña V.
- 5 ago 2020
- 3 Min. de lectura

Tai Chi es un ideograma que puede ser traducido como la Gran Energía, el desarrollo de lo Esencial Supremo, o el boxeo con las sombras. Sabemos que la práctica del Tai Chi trae grandes beneficios a la salud de huesos, músculos, tendones, funciones orgánicas, y también a la salud emocional y mental. Sin embargo, para obtener estos beneficios, es indispensable la práctica personal, además de las prácticas grupales. Para tener el impulso interno de practicar por nuestra cuenta, es necesario mantener claramente el propósito de nuestra práctica, de tal manera que nuestro inconsciente colabore y la idea que tenemos del Tai Chi, se transforme en una experiencia individual tan positiva, que la práctica diaria nos dé el placer que necesitamos para nuestro bienestar.
Este es el motivo por el cual, cada vez que recibimos a un estudiante, le preguntemos cuál es el motivo o propósito de estudiar esta técnica. La finalidad es que la persona se haga consciente de su propósito, lo verbalice, y nosotros, los profesores y estudiantes lo apoyaremos, ya que el propósito es lo que sostiene la práctica en el tiempo. Otra pregunta recurrente es ¿qué es para ti “lo Esencial Supremo”? Conocer esto y tenerlo presente, también contribuye a realizar nuestra práctica individual.
Sabemos que no sólo se trata de aprender las formas y repetirlas, sino que además, es necesario incorporar cuatro actitudes fundamentales que sostienen el compromiso espiritual de esta práctica, que es más importante que la realización perfecta de los movimientos del cuerpo, ya que esas actitudes trascienden el momento de la práctica en sí, hacia nuestra interacción con el mundo externo.
Estos cuatro aspectos fueron reunidos en el Código de Honor de la Familia Yang de Tai Chi y son los siguientes:
DILIGENCIA, significa el compromiso de practicar los ejercicios en movimiento y también la meditación en quietud. Lo contrario es negligencia, el posponer o abandonar la práctica.
PERSEVERANCIA, implica mantener vivo nuestro propósito, el que va madurando y permeando todos los aspectos de nuestra vida, y así llegamos a saber que la práctica del Tai Chi es una forma de vida. Estar permanentemente cambiando de una disciplina a otra, convierte a la búsqueda en un propósito que no da ningún resultado.
RESPETO, un aspecto muy importante, ya que nuestra cultura ha estado basada en la comparación, la competencia, el logro de la aprobación externa, lo que impide que aprendamos a conocer nuestra capacidad de aprender y la forma que desplegamos en el aprendizaje. Al respetar nuestro propio proceso, con la confianza de que sí vamos a aprender, en nuestro propio tiempo, sin expectativas, exigencias ni comparaciones, pero con mucho enfoque en la meta, aprendemos automáticamente a aceptar y respetar el proceso de otros. El respeto también implica un reconocimiento a las enseñanzas de los maestros y maestras del pasado, del avance genuino de los que son nuestros contemporáneos y el respeto por los que van llegando.
SINCERIDAD u HONESTIDAD, es la respuesta honesta de estar o no cumpliendo con los aspectos anteriores. Reconocer lo que tengamos que reconocer, ver con claridad qué es lo que nos está impidiendo avanzar. Observar si estoy exigiendo que las cosas cambien, o echando la culpa a factores externos de mi estancamiento o desmotivación, en vez de responsabilizarme con madurez de mi propio proceso.
Con el equipo de instructoras, instructores y ayudantes, hacemos todo lo posible para que sigan motivados y comprometidos con su práctica. Nuestro propósito es sostener y facilitarles un espacio de contención, para que puedan realizar de la mejor manera posible este proceso personal en coherencia con el propósito que los mueve y que el Tai Chi, el Chi Kung y la meditación, sean el apoyo más importante para que encuentren ese centro de paz y tranquilidad, en medio de las difíciles circunstancias que estamos viviendo.
Trinidad Fariña V.
Directora Escuela Tradicional de Tai Chi y Chi Kung
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