ERES PURA CONSCIENCIA

Eres lo no nacido, lo imperecedero, lo atemporal. Nunca naciste. Lo que nace, es esta forma y el nombre que se creó, y este crearse aparece en tu propio ser atemporal e infinito. Eres pura consciencia más allá de nombres y formas, más allá de lo que viene y va.

Todas estas apariencias son observadas sin esfuerzo en tu ser. Si permaneces sin identificarte con lo que aparece, entonces tu propia atemporalidad se hará evidente para ti. Eres el testigo de toda apariencia, de todo fenómeno.

Eres los ojos que todo lo ven, pero estos ojos que todo lo ven, no pueden ser vistos porque esto es, por sí mismo, sin forma.

Ideas tales como “llegar a ser tú mismo” o “saber cómo ser”, abandona estas ideas y estas ideas te abandonarán a ti. No sirven a lo que eres. No te ates a ninguna intención, ni al tiempo. No esperes convertirte en algo en el futuro y tu ser atemporal y siempre presente se revelará más claramente. Eres la luz de la consciencia misma, la luz de la consciencia dinámica.

Pero estás también más allá de esto como testigo de esta luz y de todo lo que aparece en esta luz. Eres el ser inmaculado. Todo lo que surge en tu propio ser, todos los pensamientos del pasado o del futuro, o incluso los pensamientos presentes que aparecen, nada de esto es tu propio ser. Ellos no pueden existir sin ti, para nada te definen.

No te identifiques con ninguna imagen de ti mismo, con ningún constructo. Sólo eres la consciencia misma. Aunque tu mente no aceptará esto fácilmente, comprende que eres el testigo mismo de la mente.

No eres eso que viene y va; no eres incluso eso que mejora o crece. Esto es un aspecto de ti mismo, pertenece al reino de la consciencia dinámica y de la mente. Esa existencia dinámica está siempre expandiéndose. Es natural; es natural que ese sentimiento de expansión, de maduración, suceda. Este es el propósito de esta existencia, en cierto modo. Pero tú eres el conocedor, el perceptor del progreso, del cambio, del crecimiento, de la maduración; por lo tanto, estás lejos de todos estos. Medita sobre esto.

De la misma manera que el viento sopla aquí y allá, pero no puede ser visto, sólo sus efectos son vistos, de la misma manera, todos esos nombres y formas son los efectos del ser. Son la prueba de su presencia, solo es lo invisible dentro del mundo visible.

Ningún nombre, ni forma se pega a ti, sólo son tu prenda de vestir temporal. Eres anterior al conocimiento, el conocedor del conocimiento. Eres anterior a la memoria, eres el testigo de la memoria. Eres anterior al tiempo, eres el testigo del tiempo y del espacio y del cambio. Esto no es algo que vaya a suceder, es la verdad siempre presente de quiénes somos.

Realmente no tienes ni padres, ni hijos, ni amigos, ni ninguna posesión. Todo esto son apariencias en ti. Eres anterior a todas las apariencias. Es natural que estén aquí, que aparezcan en la vida manifiesta, en este mundo dinámico. Todas las cosas aparecen por un tiempo, incluso tu propia esencia, la cual se percibe como potencialidad, como género; todo esto, es natural en esta manifestación. Disfruta este juego, pero disfruta estando completamente despierto a lo real.

Eres el ser, la única realidad que todo lo abarca. Todo aparece en tu propio ser, eres lo no manifiesto y lo inmortal. No tienes un estado especial, aunque todos los estados aparecen en ti. Contempla esto. Este momento y este día es sólo un desplegarse. Si se deja espontáneo, también revelará la armonía y la paz que es tu propia fragancia.

Muévete de forma natural; sé tu ser. Nada puede quitarse o agregarse a ti en el sentido verdadero.

Eres pura consciencia. Sea lo que sea que aparezca en tu cuerpo, o como mente, son solo apariencias. Las apariencias no pueden aparecer, no pueden ocurrir sin ti, eso que las observa. No te hagas daño intentando mejorar este mundo; primero conócete a ti mismo completamente. Entonces tus acciones brotarán desde otra espontaneidad, desde esta profundidad, desde esta comprensión, desde lo real y colmarán al mundo de bendiciones.

Sé aquel que es eternamente libre, feliz, completo. Permanece así. Om.